domingo, 12 de junio de 2011

¿Por quién doblan las campanas?

René González

Hasta el sol dio tregua este 5 de junio en el Zócalo. Sabemos lo que significan este puñado de metros cuadrados, gran plancha de cemento cuya razón de ser es quizá la apretujada algarabía. Es un pueblo en lucha que no se amedentra con campañas de odio. El corazón de la Patria es nuestro, es de todos. En el sitio de México- Tenochtitlan se habla al viento de los tiempos. Y los tiempos están cambiando... Llegaron de todos los pueblos, felices de esperanza, esta vez predominó el blanco de la paz en el espejo al cielo.

¿Quién sino este sabio pueblo ha garantizado la paz en México muy a pesar de la miopia gobernante? Este movimiento es pacífico pero no se va en blanco; es pacífico pero tiene propuesta y alternativa; es pacífico pero no se va con la finta, con la tesis candida y/o perversa: "que todos los políticos son iguales". Aquí hay uno muy distinto, radicalmente honesto, que habla y hablará ante zócalos llenos cuantas veces sea necesario porque tiene un talismán que se llama congruencia, congruencia. Congruencia.

Un 5 de junio como hoy nació Pancho Villa. Un santo laico incómodo para las oligarquías de ayer y siempre. Hace unos días comentaba con acierto Froylan Yescas que el monumento a Villa en la Delegación Benito Juárez está casi escondido, con el rifle de cara a unos arbustos. Más allá de velos con que pretende cubrir la oligarquía a los héroes verdaderos, el revolucionario siempre ha escapado a emboscadas de esas y otras. Un cinco de junio nació el Centauro, parafraseando a Ernest Hemingway, ¿Será que por Pancho Villa doblan las campanas?

Un 10 de junio de hace cuarenta años se derramó la sangre de estudiantes que demandaban libertades y democracia. Mujeres y Hombres libres, en su mayoría jóvenes e incluso niños fueron cercados en San Cosme por el fuego cruzado de granaderos y halcones. Los genocidas de 1968 y 1971 tienen nombre y apellido pero siguen libres. La Justicia no llegó a la esquina de aquel jueves de corpus. ¡10 de junio no se olvida! ¿Será que por aquellos estudiantes doblan las campanas?

Un 13 de junio nació el general Felipe Ángeles, el cerebro militar de la División del Norte. Un hombre que en la hora más cara de su vida -el juicio previo a su fusilamiento- predicó ideas de amor y fraternidad y no de venganza o rencor ante la víspera de una gran injusticia histórica. Ángeles se distinguió por su capacidad de obedecer, su formación militar y personal era quizá superior a la de quienes le dieron órdenes, pero entendió y promovió el valor de la disciplina, dejó a un lado intereses personales por una causa justa y mayor. ¿Será que por Felipe Ángeles doblan las campanas?

De infamia, destrucción, neoliberalismo. Hoy más que nunca, cuando amenaza la restauración del autoritarismo priísta. Vale citar los datos ofrecidos en el discurso de Andrés Manuel López Obrador, sobre la génesis del salinismo, del PRIAN, del PANRI:

"En mayo—recordemos— de 1989, al inicio del gobierno de Carlos Salinas, el PRI y el PAN, aprobaron el Plan Nacional de Desarrollo (1989-1994) que permitió la venta de las empresas públicas al sector privado. Sólo en ese sexenio, se entregaron 250 grandes empresas paraestatales. Se remató Telmex, Mexicana de Aviación, Televisión Azteca, Siderúrgica Lázaro Cárdenas, Altos Hornos de México, Astilleros Unidos de Veracruz, ingenios azucareros, fábricas de tractores, automóviles y motores, de cemento, tubería, maquinaria, entre muchas otras.

El 27 de junio de 1990, el PRI y el PAN, reformaron el Artículo 28 Constitucional para entregar 18 bancos que eran propiedad de la nación. Un dato: casi todas las empresas y los bancos, quedaron en manos de gente cercana a Salinas, que ahora aparecen en la lista de los hombres más ricos del mundo y forman parte del grupo dominante en el país.

El 6 de enero de 1992, el PRI y el PAN, modificaron el Artículo 27 Constitucional para promover la venta de tierras ejidales. Al mismo tiempo, se dejó de fomentar al sector agropecuario y se abandonó el campo.

El 6 de mayo de 1992, el PRI y el PAN, cambiaron la Ley Minera para entregar concesiones para la explotación del oro, la plata y el cobre, a particulares hasta por 50 años; se eliminaron los límites de la superficie que podría ser concesionada, se derogó el impuesto a la extracción de minerales y se dio lugar a la privatización de unidades y plantas mineras del sector paraestatal, como fue el caso de la mina de Cananea.

Además, en ese sexenio se entregaron 6 millones 600 mil hectáreas de reservas mineras nacionales, básicamente, a tres consorcios del país: Peñoles, Grupo México y Carso. Y esta misma política ha continuado hasta la fecha. En todo este periodo, esto es importante subrayarlo, en 20 años se han concesionado, según un nuevo dato, 52 millones de hectáreas, es decir, 27 por ciento del territorio de nuestro país. Ni durante el porfiriato se había llevado a cabo semejante enajenación de suelo patrio.

El 22 de diciembre de 1992, el PRI y el PAN, aprobaron la reforma a una ley secundaria que, violando la Constitución, ha permitido a empresas extranjeras generar energía eléctrica a empresas privadas, fundamentalmente extranjeras, que hoy venden a la Comisión Federal de Electricidad casi el 50 por ciento de la energía eléctrica que se consume en el país, a precios elevadísimos, al mismo tiempo que se mantienen paradas o subutilizadas las plantas del sector público.

Para ello, cada año, las empresas privadas extranjeras reciben 80 mil millones de pesos del presupuesto público. No podemos olvidar que por esta política de privatización, que es sin duda es sinónimo de corrupción y de tráfico de influencias, se han cometido grandes injusticias, como el despido desalmado y doloroso de 44 mil trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas.

El 5 de marzo de 1993, el PRI y el PAN, aprobaron la reforma al artículo tercero constitucional que limitó la gratuidad de la educación pública sólo a nivel de primaria y secundaria, y se dejó al mercado, como si fuese una mercancía, la educación media superior y universitaria. A partir de entonces, cada año se rechaza a 300 mil jóvenes que son excluidos, y para justificar este absurdo, se implantó la mentira de que los jóvenes no pueden ingresar porque no pasan el examen de admisión, cuando en realidad lo que sucede es que no hay cupo en las escuelas públicas por falta de presupuesto."

En un sexenio, el de Carlos Salinas, se desmanteló el país, se terminó con la obra por la que dieron la vida Villa, Ángeles y cientos de miles de héroes anónimos en la Revolución Mexicana. Se pasó tijera a los derechos sociales. La Constitución fue mutilada. Se conformó la mafia, la cofradía de vendepatrias. Que nadie se llame a engaño la violencia de hoy es obra y gracia de Carlos Salinas y la mafia.

¿Será que por los vendepatrias doblan las campanas?

¿Por quién doblan las campanas?

Que gran lección ha dado hoy este pueblo, impasible como Juárez a provocaciones, en homenaje a cinco años de resistencia y lucha por un Estado Democrático, de Derechos Sociales, Laico.

Este texto forma parte de la columna Por la calle del desengaño que escribo los domingos aquí en Facebook. Contacto: subrana@hotmail.com