jueves, 18 de septiembre de 2008

El país en riesgo


Por Pablo Quezada

Ante los atentados terroristas sangrientos (presuntamente hechos por el narcotráfico) sucedidos en Morelia, Michoacán, es necesario tener claro que está pasando en el país. El atentado en contra de población civil es reflejo de la descomposición política y social que priva en México, y que es consecuencia de una política económica que se ha impuesto a los ciudadanos por más de 20 años y que sólo ha provocado una polarización grave entre ricos y pobres.
Es el reflejo, también, de la incapacidad del gobierno federal, de origen ilegitimo, que gobierna el país.La muerte de civiles en Morelia es un parte aguas en el derrotero político de la nación, entramos en una espiral de violencia propiciada por los dos últimos gobiernos panistas, (el de Vicente Fox y el actual de Calderón) que se han preocupado más en vender el país al capital extranjero y nacional y han desatado una supuesta "guerra" contra la "delincuencia organizada" y que, más bien, es una reordenamiento de las mafias que hay en el territorio nacional encabezada por la mafia política que gobierna en Los Pinos.
En el fondo, la “lucha contra en narco”, es una estrategia del gobierno calderonista para militarizar el país y criminalizar las luchas sociales que hay y están por surgir (el caso de Atenco es un ejemplo de criminalizar la lucha social, de imponer condenas a líderes sociales comparadas o peores que las que se somete a integrantes del crimen organizado).Es lamentable que el gobierno espurio de Calderón haya hecho de la tragedia de cientos de ciudadanos una oportunidad para "demandar la Unidad Nacional" de todos los actores políticos, una oportunidad para legitimarse que no pudo hacer en el proceso electoral de 2006.
Felipe Calderón no ha tenido la más mínima autocrítica de la desafortunada política que ha estado llevando acabo en el país. Como confiar en un gobierno que surgió de un proceso electoral tan oscuro, tan obsceno, como confiar en un individuo que utilizó una campaña electoral negra, sucia e inmoral.
No caigamos en el tramposo discurso que la derecha siempre utiliza cuando se presentan fenómenos sociales producto de la desigualdad social. Discurso lleno de adjetivos peyorativos y que no propone nada, lleno de odio y de venganza y que promueve la fuerza militar. Discurso que va, en cambio, dirigido contra un sector social importante que se ha estado oponiendo a las políticas calderonistas que promueve la venta del petróleo.
Que quede claro, condenamos cualquier acto terrorista que asesine o mutile a ciudadanos, pero no daremos ningún apoyo a un gobierno que es incapaz de dar viabilidad al país y que sólo propone la fuerza pública y no se preocupa por las grandes diferencias sociales y económicas que persisten en el país.

QUE RENUNCIE CALDERÓN

Pablo Quezada Ambríz