martes, 13 de abril de 2010

Un 12 de abril murió Múgica


El legado de Francisco J. Múgica

Escrito por JORGE SIFUENTES CAÑAS

El general Francisco J. Mújica es una figura que ha sido relegada a un papel secundario por la historia oficial. Aún cuando sobresale el aspecto controversial de sus posturas políticas, su papel fue notable en la elaboración de la Constitución de 1917. Murió pobre y despojado incluso de su pensión militar; hacia el final de sus días fundó un partido constitucionalista y peleó contra todo un sistema que se había pervertido.


Para el sociólogo e historiador Héctor Ceballos Garibay, autor del libro Francisco J. Múgica. Crónica política de un rebelde, la historiografía oficial ha dicho que era un anticatólico y un extremista. “Independientemente de que tuviera diferencias con grupos conservadores y católicos, lo que defendía Mújica era la educación laica. Es muy distinto ser un fanático anticatólico, a tener una visión legal basada en el texto constitucional y defender la educación laica”.

Este volumen se propone derrumbar la falsedad de esos mitos que lo caracterizan como un fanático, advierte Ceballos, quien destaca su postura tolerante ante los diferentes credos y religiones; tema de una enorme actualidad, de cara a la ofensiva de los grupos católicos, no sólo aquí en México, sino en el mundo.

En su opinión, otro objetivo fundamental es establecer un planteamiento de reivindicación ética del personaje, de cara a las nuevas generaciones. “Es fundamental recuperar el talante moral de una figura como Mújica, porque efectivamente fue un político de altos kilates por este perfil ético que difícilmente encontramos; tenía delante de sí la ética de convicción, del actuar políticamente en donde la relación entre los medios y los fines tuvieran una consecuencia y una lógica muy congruente”.

Su personalidad contrasta con el contexto y la historia de los hechos terribles del sistema político mexicano, destaca el autor; “porque definitivamente tenemos pocos ejemplos de políticos honestos que al mismo tiempo tienen una gran eficacia administrativa. En todos los lugares donde laboró, se desempeñó de manera honesta y además con superávit, eso muy difícil hacerlo”.

Para Héctor Ceballos, hacía falta una biografía que ubicara al personaje en su contexto histórico: “hay muchos estudios regionales en su etapa como gobernador o aspectos temáticos en la educación o en el sector agrario de la obra de Mújica; pero no hay un solo texto donde se retrate todo su legado político teórico en el marco de un recuento del sistema político mexicano. El primer objetivo es este rescate de su figura teórico-política; el segundo es utilizar el modelo político utilizado por Mújica, su talante moral, en el sentido de hacer una revisión de su manera de hacer política, creo que en este sentido, es muy importante reinterpretar al personaje con estas luces”.

Dada su formación como sociólogo, el autor plasma en el libro una visión que articuló la situación económica, con los temas políticos y culturales. “De hecho, en la versión original, introducía mucho más el aspecto cultural, por ejemplo la revolución educativa del vasconcelismo; había un capítulo en donde mencionaba la importancia de los contemporáneos en los años treinta. De esta manera, continuamente vinculaba economía y política, educación y cultura. En ese marco, iba relatando los hechos biográficos del personaje. Creo que esto es lo que todo verdadero historiador debería hacer; efectivamente, los hechos de la vida de cada personaje, en si mismos, no son suficientemente iluminadores si no se les integra a este contexto más amplio. Sólo así podía llegar a este planteamiento de reivindicar el talante político”.

Hay un capítulo central en el libro, titulado El Dilema, donde se aborda el porque Cárdenas eligió el conservadurismo de Ávila Camacho frente a la postura de continuación de su proyecto político natural con Múgica. Y Ceballos se remite otra vez al contexto histórico. “De hecho, el proyecto educativo socialista y la gran movilización del reparto ejidal, sindical y corporativa que había hecho Cárdenas se frenan en 1938… Y ahí la perspectiva es muy compleja porque esta por un lado la Guerra Civil española, la amenaza fascista y la Segunda Guerra Mundial en puerta”, explica.

Como lo había señalado al principio, el tema de la educación que Mújica había planteado desde las primeras décadas del siglo XX está vigente hoy en día. “Este país, con todos los años de la década perdida del neoliberalismo y sobre todo en los últimos años, ha sido un desastre en términos de inversión en educación; estamos reprobados en los índices más importantes nacionales e internacionales, y la crisis va para lejos”.

Más que ver a Mújica como un personaje olvidado, controvertido y polémico, Héctor Ceballos Garibay lo describe como uno de los artífices del futuro político de México; “un político que en los años treinta, en pleno contexto de dominación de la Unión Soviética con un partido único, del partido nazi-fascista de Mussolini y de Hitler; del partido casi de estado como el PNR, luego PRM y luego PRI; que Múgica se haya atrevido a plantear el pluripartidismo, la democracia electoral, un colegio electoral independiente de gobernación; que se haya atrevido a plantear la importancia de los debates entre los candidatos y del voto femenino. Estamos hablando de un político que fue incluso mucho más allá que Cárdenas; tenía una visión muy democrática y liberal a pesar de la muy mala fama que le han creado historiadores como Enrique Krauze, pésima fama que no corresponde con la realidad”.

El libro Francisco J. Múgica. Crónica política de un rebelde; publicado bajo el sello de Ediciones Coyoacán; se presentó recientemente en el Instituto de Documentación del Estado de Morelos, con los comentarios de Efraín Pacheco Cedillo, Carlos Orraca Valera, Lya Gutiérrez Quintanilla, Fernando Diez de Urdanivia y el autor.